Ácido Hialurónico – El Diablo No Es Tan Malo Como Lo Pintan

Si le preguntáramos a alguien cuál es la manera más efectiva de tratar las arrugas, probablemente obtendríamos la misma respuesta: con ácido hialurónico. Algunas personas son adictas a esta sustancia, mientras que otras desarrollaron un enfoque altamente escéptico hacia este compuesto. De hecho, hay muchos mitos en torno a los procedimientos que aprovechan el ácido hialurónico, y por ello decidimos desenmascararlos.

El ácido hialurónico es una sustancia utilizada en cosmética, medicina estética y cirugía plástica para un propósito en particular: corregir nuestra imagen. Comúnmente se le conoce como el elixir de la juventud, pero en la práctica, es sólo una especie de polisacárido. Tiene características higroscópicas y es capaz de retener el agua, lo que lo convierte en un agente perfecto para mantener la hidratación en la dermis.

¿Cuáles son los mitos que existen sobre el ácido hialurónico?

Los que se oponen a la inclusión de tales sustancias en el ámbito de la cosmética suelen repetir que el ácido hialurónico produce efectos que distan mucho de ser naturales y que la sustancia causa más daño que beneficio. El aumento de los labios, las mejillas poco elásticas o un rostro sin expresión son los inconvenientes más frecuentes que dicen se presentan luego del procedimiento. Sin embargo, vale la pena darse cuenta de que todos los resultados antiestéticos de la acción del ácido hialurónico son las secuelas de la mala técnica, el uso de la preparación inadecuada o la carencia de habilidades que sólo un médico puede tener. Además, el resultado final también puede no ser el adecuado debido a las propias expectativas del paciente. Por ejemplo, este persiste en agrandarse el labio superior a pesar de que la regla básica dice que el labio inferior debe ser 1,5 veces más grande que el superior para que los labios se vean voluptuosos.

Existe otro problema que siempre surge durante los debates sobre el ácido hialurónico. Es decir, el tratamiento en sí y su forma. Algunas personas dicen que la inyección de ácido hialurónico es dolorosa. Lo curioso de esta opinión es que, en la mayoría de los casos, es expresada por personas que ni siquiera se han sometido al procedimiento. La verdad es que, a pesar de que el ácido hialurónico se inyecta por vía subcutánea, el procedimiento en sí no es tan doloroso. En efecto, este método no es del todo agradable, pero hay muchas maneras de reducir el nivel de molestia mientras se inyecta el ácido. Por ejemplo, un especialista debe ofrecer anestesia local en crema o limitar el número de inserciones de la aguja mediante la aplicación de otra técnica. También vale la pena mencionar que el ácido hialurónico contiene una sustancia anestésica, llamada, lidocaína ampliamente utilizada en estomatología.

Además, otro argumento en contra de este tipo de procedimientos es también la convicción popular de que el ácido hialurónico desencadena reacciones alérgicas. Muchas personas creen que el efecto secundario que aparece con más frecuencia al usar esta sustancia son las alergias severas. Las personas deberían estar de acuerdo con la explicación de que el ácido hialurónico es un compuesto natural que se genera dentro del mismo cuerpo humano. Obviamente, el lugar donde se inyecta para tratar el acné puede hincharse incluso hasta por 48 horas después del procedimiento. Sin embargo, esto no es causado por una alergia sino por la reacción natural del organismo a la agresión que se produjo. En resumen, el ácido hialurónico es una sustancia fisiológica completamente segura para el cuerpo humano.